Ante un gran número de asistentes virtuales, BH Compliance realizó este 09 de julio, el webinar “Experiencia práctica en la implementación de la Ley de Delitos Económicos”, con el fin de orientar a las empresas y sus áreas de compliance a prepararse ante la próxima entrada en vigencia de la ley en septiembre.
El panel estuvo compuesto por Isidora Marín, Compliance Officer de 𝐂𝐨𝐜𝐚- 𝐂𝐨𝐥𝐚 𝐄𝐦𝐛𝐨𝐧𝐨𝐫; Margarita Walker, Gerente de Compliance de 𝐄𝐧𝐭𝐞𝐥, y Vicente Caruz, Gerente de Gobernanza, Ética y Cumplimiento de 𝐅𝐚𝐥𝐚𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚. El Gerente de Operaciones de 𝐁𝐇 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐢𝐚𝐧𝐜𝐞, Ramón Montero, ofició de moderador.
Al inicio, Ramón Montero se refirió a cómo la nueva normativa fortalece los programas de compliance, lo que tiene a las empresas trabajando en la actualización de estos para abordar todos los riesgos correspondientes según el giro y la industria a la que pertenecen. Asimismo, destacó la importancia de la evaluación periódica de estos programas por parte de terceros independientes.
En su exposición, Isidora Marín contó sobre el trabajo que está realizando Coca Cola- Embonor para abordar las nuevas exigencias, destacando el real valor del compliance, ya que más allá de ser una forma de reunir evidencia para defenderse de un posible juicio, el verdadero objetivo debe ser proteger a los clientes, proveedores, inversionistas, y, especialmente a los trabajadores. Asimismo, indicó que “un buen programa de compliance no solo tiene que ser útil en tiempos de crisis, sino que tiene que ser una guía constante que vaya a asegurar que las prácticas diarias van a estar alineadas con las políticas y valores que tiene una empresa”. Además, destacó la importancia de conocer el negocio, de que los compliance officer se reúnan con distintos equipos y que escuchen no solo a alta administración, sino que también a quienes están en la operación.
Respecto a cómo abordar los delitos que deben considerar, Marín explicó los pilares a través de los cuáles los están gestionando: levantamiento de riesgos, estándares, políticas, procedimientos y controle; capacitación y comunicación, y monitoreo de efectividad.
Por su parte, Margarita Walker, contó que en Entel han reforzado un camino que vienen siguiendo hace varios años, viendo una oportunidad en la nueva ley de Delitos Económicos para potenciar su Modelo de Prevención de Delitos. Entre los hitos destacable, Margarita contó que comenzaron enfocándose en una estrategia de comunicaciones y capacitaciones para explicar al directorio y la organización de qué se trataba esta ley, cuáles serían los cambios. Asimismo, se analizaron los delitos que correspondería abordar a la empresa, clasificándolos por módulos, actualizando su matriz de riesgo y proponiendo la gobernanza del Modelo de Prevención de Delitos, definiendo cómo se iban a organizar. Ante esto último, optaron por una estructura centralizada, con un sujeto responsable que reporte al directorio, concentre las funciones y pueda tomar decisiones, y bajo este, otros sujetos responsables a cargo de temas específicos.
A lo largo de su exposición, Margarita destacó la comunicación en todo momento, el monitoreo constante de sus programas de compliance para asegurar su efectividad.
Finalmente, Vicente Caruz se refirió a los cambios que trae la nueva ley en cuanto a la responsabilidad penal de la persona jurídica, para luego explicar cómo Falabella está abordando estos. Así, señaló algunas de las consideraciones que deben tener en cuenta las empresas como la importancia de identificar actividades o procesos que impliquen riesgo de conducta delictiva; establecer protocolos y procedimientos para prevenir y detectar estas conductas; implementar un canal de denuncias, así como sanciones internas en caso de incumplimientos; designar uno o más sujetos responsables de la aplicación de protocolos, y contemplar las evaluaciones periódicas por terceros independientes.
Por otro lado, entre los desafíos de la implementación de sus Modelos de Prevención de Delitos, Caruz destacó la revisión activa de procesos internos; el trabajo con proveedores, testeo periódico de controles; capacitaciones y comunicaciones específicas; generar y aplicar indicadores; dar la debida importancia a la evidencia generada por los programas de compliance, y reportar los resultados. Además, subrayó la importancia del rol de los directorios ante esta serie de cambios.