Noticias Globales

Las organizaciones que integran criterios de sostenibilidad (medioambientales, sociales y de gobernanza) en su gestión generan valor a largo plazo, ya que fortalecen su reputación, mejoran sus relaciones con sus grupos de interés y aumentan su capacidad de adaptación frente a los desafíos.

Esa fue la premisa de BH Compliance para realizar un estudio que evaluara el desempeño de las firmas chilenas en este ámbito. Para hacerlo, analizaron la información pública de las empresas IPSA, entregada a través de sus memorias anuales 2023 y sus sitios web.

Una de las principales conclusiones es que el 45% de estas compañías ha establecido un comité en el directorio enfocado en temas de sustentabilidad o cuentan con un comité de sustentabilidad que forma parte de la administración y que reporta al directorio al menos una vez por trimestre.

“Una vez que entra como tema estratégico para el directorio, el compromiso real que tiene la empresa con los temas de sustentabilidad es mucho mayor”, dijo a DF la CEO de BH-Compliance, Susana Sierra.

“Uno de los temas que a nosotros nos ha motivado más para trabajar en gobiernos corporativos es el greenwashing. Es muy atractivo y muy marketero decir ‘soy una empresa sustentable, estoy arriba en los rankings ESG’, pero ¿cuánto de eso es verdad y cuánto de eso está efectivamente interiorizado dentro de la empresa?”, cuestionó Sierra.

Otro de los hallazgos es que si bien la mayoría reporta sus indicadores de sostenibilidad en base a estándares internacionales, solo el 48% de ellas somete todos sus indicadores a una verificación externa independiente.

“En Chile somos buenos para el checklist, así es que ahí hay bastante espacio para mejorar y creo que también la NCG 461 está empujando esto”, dijo Sierra.

Relación con proveedores

Asimismo, el 86% de las compañías cuenta con un código de conducta o ética que integra explícitamente los objetivos de sostenibilidad como parte central de sus prácticas empresariales.

En este mismo sentido, el 59% de las empresas IPSA ha implementado un código de conducta o ética dirigido específicamente a proveedores y contratistas, para asegurar el cumplimiento de normas éticas en su cadena de suministro.

“Las terceras partes, por así decirlo, pasan a ser cada vez más relevantes. Cada vez se le está dando más peso, no solamente a través de temas de gobierno corporativo, sino que la Ley de Delitos Económicos es súper firme respecto a que si las terceras partes cometen un delito la empresa es igualmente responsable”, enfatizó Sierra.

“Hoy día, lamentablemente, en el ambiente que nos encontramos en Chile, con el aumento del crimen organizado, es más esencial que nunca saber con quién estoy haciendo negocios”, agregó.

Por último, el 79% cuenta con un canal de denuncias robusto y accesible, disponible para todos los grupos de interés.

Rol de la CMF

Tanto Sierra como Francisca Paul, especialista en ESG y autora del estudio, destacaron el trabajo que ha hecho la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) en empujar la adopción de indicadores de sostenibilidad a través de la NCG 461.

“La CMF ha hecho un tremendo trabajo con esto. En el fondo, recogió las inquietudes de la norma anterior, la 385, que era mucho checklist, para decir ‘ya evaluémonos, vamos empujando a que las empresas cumplan esos estándares’. Lamentablemente, como en Chile somos súper legalistas, si no hay alguien que diga ‘háganlo así’, cuesta empujar”, explicaron.

Y acotaron que “la autorregulación no funciona, por lo tanto, la CMF ha hecho un súper buen trabajo en ir a recoger estos estándares”.

Por último, alabaron que el regulador esté abierto “a volver a someterlo a consulta y a ir mejorando para que sea más aplicable y no se transforme en un checklist de las empresas”.

“Una vez que entra como tema estratégico para el directorio, el compromiso real que tiene la empresa con los temas de sustentabilidad es mucho mayor”, dijo la CEO de BH Compliance, Susana Sierra.

Producido por Webit Studios