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Entre el 6 y 10 de junio está fijada la Cumbre de las Américas que organiza la administración de Joe Biden y que se realizará en Los Ángeles, California, siendo la novena reunión de los países de la región y la primera vez que Estados Unidos sea la sede del encuentro desde 1994.

Sin embargo, a pocas semanas, la participación de algunos países es aún una incógnita, lo que ha generado incertidumbre en torno a la ceremonia, y han puesto en alerta al Presidente Biden, quién está llevando a cabo diversos esfuerzos para evitar el fracaso de la Cumbre.

A principios de este mes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dijo que la participación de su país no se confirmará hasta que EE.UU. invite a todos los países del hemisferio, argumentando que ningún país debe ser excluido de la cumbre. Esto, en clara protesta por no ser convocados Cuba, Nicaragua y Venezuela, por no respetar la Carta Democrática Interamericana en 2001, redactada a instancias de la tercera Cumbre de las Américas en Quebec.

AMLO apuesta a que la región avance hacia una “unión” similar a la que dio lugar a la Unión Europea, y a “dejar otras etapas de la historia más simbolizadas por lo que ha sido la OEA y otros supuestos de ‘América para los americanos’”.

Sus pares de Bolivia, Luis Arce; de Honduras, Xiomara Castro; y de Argentina, Alberto Fernández; así como líderes de la Comunidad del Caribe (CARICOM), que reúne a 14 países, también pusieron en duda su participación. Chile no condicionó su asistencia, pero pidió que la convocatoria sea “lo más amplia posible”.

Por lo mismo, el gobierno estadounidense ha llevado a cabo algunas medidas, como flexibilizar las relaciones con Cuba y Venezuela. Al respecto, anunciaron que restablecerá los vuelos comerciales regulares y chárter a Cuba, que ahora solo llegaban a La Habana; que suspenderá el límite de US$ 1.000 por trimestre a las remesas,  y que se restablecerá el programa de reunificación familiar, aumentando los servicios consulares y la tramitación de visados para que cubanos se reúnan con sus familias en Estados Unidos a través de los canales regulares de migración, dando así, marcha atrás en algunas de las medidas más duras de su antecesor, Donald Trump. En cuanto a Venzuela, Biden ha suavizado algunas sanciones energéticas, y  autorizará a la compañía petrolera estadounidense Chevron iniciar negociaciones con la estatal venezolana PDVSA.

Además, Biden eligió como emisario al exsenador Christopher Dodd, uno de sus hombres de mayor confianza, para tratar de convencer a los mandatarios de México, López Obrador, y de Brasil, Jair Bolsonaro, de participar en la reunión de líderes del continente.

Dodd ya sostuvo una reunión virtual con AMLO y su canciller, asegurando que tomó nota de todo lo conversado y que dará la respuesta (sobre convocar a los países excluidos) en las próximas horas. Desde México valoraron la instancia.

Por su parte, Bolsonaro se reunión con Dodd este 24 de mayo, solicitándole su presencia en la reunión regional. Y a cambio de ese compromiso, le ofreció una bilateral exclusiva con Joe Biden.

Si López Obrador y otros mandatarios se saltan la reunión, sería un desaire para la administración Biden, que ha enfatizado las relaciones con América Latina y ha buscado fortalecer los lazos mientras China hace incursiones en la región.

Cuba, participó en una Cumbre de las Américas por primera vez en 2015 en Panamá, y volvió a estar en 2018 en Lima. Esta vez, denunció que estaba siendo dejada fuera de los preparativos, y que sería un “grave retroceso histórico” que no la invitaran.

Entre las últimas informaciones, EE.UU. está evaluando cómo incorporar a Cuba, Nicaragua y Venezuela.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, invitó a su homólogo español, José Manuel Albares, quien representará a España en la cita.

La Cumbre de las Américas tiene como uno de sus principales objetivos, la elaboración de una declaración conjunta sobre migración, en plena crisis migratoria en el continente americano; además de analizar cómo relanzar la recuperación económica, después del grave impacto causado por la pandemia.

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