En lo que va de este año, no hemos parado de escuchar sobre la agenda de transparencia y probidad y la necesidad de contar con buenas prácticas empresariales, pero siento que todo sigue en el aire. No he escuchado ninguna propuesta real de cambio en las empresas. Sólo nuevas leyes que buscan con esperanza, un país mejor.

Sin embargo, tener más leyes no nos hace comportarnos mejor. Muchas empresas se escudan en que son de Estados Unidos y por lo tanto están reguladas por la Foreign Corrupt Practices Act, FCPA. Una cosa es estar regulado y otra cosa es cumplir las leyes…¿o los casos que vimos el año pasado y éste son por falta de regulación?

Otro tema que me sorprende, es que cuando escuchamos hablar de cohecho, corrupción o sus sinónimos, siempre lo hacemos desde lo político y el sector público, pero no olvidemos que para que exista corrupción, tienen que haber dos lados, uno público y uno privado.

Entonces, ¿cuál es el rol de las empresas en la lucha contra la corrupción? Más que sentarse a tomar palco, o tranquilizarse con “lindos” códigos de ética, las empresas (sus dueños, directores y ejecutivos), deben fijarse que tienen controles adecuados para evitar la corrupción.

Con controles no me refiero a llenarse de políticas y procedimientos, sino a controles efectivos: una buena política de pago a proveedores, un buen canal de denuncias, ¡pero qué funcione!

Muchas empresas se quedan tranquilas porque no reciben denuncias. Sin embargo se deberían hacer la pregunta, ¿no recibo denuncias porque en mi empresa no pasa nada? ¿O porque nadie conoce o confía en el canal?

Y por sobre todo, una buena política de incentivos. Casos de malas prácticas, o los grandes casos que atentan contra libre competencia que vimos el año pasado hubieran sido distintos si el directorio se hubiese cuestionado qué tenía que hacer el ejecutivo para llegar a las metas que se le ponían.

Y así podría seguir numerando, pero más que más leyes para nuestro país, creo que es muy importante que los empresarios y directores, que llevan el sector privado en Chile, empiecen a hablar de medidas y soluciones concretas, principalmente desde la autorregulación, porque si no, nos vamos a llenar de leyes que generaran más burocracia y por ende, más corrupción.

Por Susana Sierra
Publicado en cooperativa.cl.

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