La pandemia ha dejado múltiples estragos a nivel mundial y la corrupción no ha estado ajena a este escenario. De hecho, el 2020 fue un año activo en la lucha contra la corrupción, en especial en América Latina, que alertó a organismos como Foreign Corrupt Practices Act (FCPA), debido a que muchos de los casos investigados y resueltos por los reguladores estadounidenses, implicaron a empresas que operan en países latinoamericanos.

La crisis provocó una disminución de los controles y cumplimiento de protocolos, tanto al interior de empresas privadas como en organismos públicos, propiciando un terreno fértil para la corrupción, ya que ante la urgencia de “salvarse” encontraron la justificación a diversos actos irregulares. Un ejemplo, lo vimos en la adquisición de insumos médicos, como ventiladores o mascarillas, que en diversos países fueron comprados con sobreprecios, vía trato directo y bajo un menor control del gasto público, evidenciando falta de transparencia y probidad.

La corrupción no descansa ni en pandemia y, por lo mismo, debemos redoblar los esfuerzos en la lucha anticorrupción, impulsando una cultura de Compliance y de hacer las cosas bien, donde no solo importa cómo logramos los resultados, sino también el cómo llegamos a ellos.

El documento a continuación resume los principales avances en materia de aplicación de la ley contra el soborno en 2020 dentro de América Latina. En este, además, se dan a conocer ciertas predicciones para este 2021, donde prevemos que las presiones generadas a raíz de la pandemia del COVID-19, pueden propiciar nuevas investigaciones de corrupción gubernamental de alto nivel.