Pensiones, educación, salud, vivienda, transporte… Y cuántos ámbitos más. Un largo etcétera. Son temas que sin duda generan una sensación de insatisfacción porque lamentablemente no evolucionan en el país como quisiéramos. Es más, con el poco tiempo que le queda al gobierno, pareciera que ninguna de estas materias va a mejorar visiblemente en el cotidiano de cada uno. Insisto, son tantos los puntos que quedan al debe, que incluso se descuidan otros que quedaron a mitad de camino y que eran perfectamente mejorables, mejor dicho, que simplemente se podían terminar. Un caso tangible es la agenda de Probidad.

Mi pregunta es ¿qué estamos esperando para que las autoridades desempolven las más de 100 medidas que quedaron pendientes de la comisión Engel?

¿Esperamos, acaso, que se descubra – hipotéticamente – que Odebrecht también tocó puertas chilenas y que hay millonarios sobornos para actuar? Nuestros gobernantes deben poner a prueba lo aprendido y dejar atrás la actitud reactiva frente a los casos de corrupción, más aún si ya se trabajó en la solución y está ahí, al alcance de la mano.

Es cierto, hay muchas prioridades por atender, pero hace falta un llamado de atención: si se comenzó una iniciativa hay que terminarla, no porque se deje de legislar dejarán de ocurrir irregularidades.

El fraude en Carabineros dejó la vara alta, debemos estar preparados si vienen delitos peores. La ciudadanía está vigilante.

De hecho según la última encuesta de la Percepción de la Corrupción de Libertad y Desarrollo, la sensación de corrupción de los uniformados aumentó en casi 100%, si se compara a la última medición. No dejemos que este tipo de irregularidades deje de sorprendernos. Estamos esperando resoluciones concretas.

De esos pendientes de la agenda de Probidad, donde hay que concentrar los mayores esfuerzos es en tipificar como delito la corrupción entre privados ¡No puede seguir durmiendo en el Congreso! Es la ciudadanía la perjudicada y así lo han demostrado los casos de colusión.

Para saldar estos vacíos necesitamos la voluntad de nuestros parlamentarios. Se entiende que hay muchas materias que necesitan discusión y que es poco el tiempo, pero como todos los chilenos, cuando hay mucho trabajo, necesitamos ordenarnos y cumplir con todos nuestros deberes. Seamos consecuentes.

Por Susana Sierra

Fuente: Cooperativa.cl

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