¿QUÉ ES EL GREENWASHING?
El greenwsashing -también conocido como ecolavado o lavado verde- es una estrategia de marketing utilizada por las empresas para mostrarse amigables con el medioambiente y proyectar una imagen ecológica, a través de acciones orientadas a lo “verde”, pero que no son tal, y que más bien buscan una finalidad económica y reputacional.
Muchas empresas han visto en la sostenibilidad una oportunidad para incrementar sus ventas a través de iniciativas aisladas que mejoran su imagen de marca demostrando una responsabilidad ecológica engañosa. En la práctica, esto se refleja en la oferta de productos y servicios que supuestamente no generan un impacto negativo en el medio ambiente.
Sin embargo, estas organizaciones no se dan cuenta que este tipo de prácticas no solo tienen un impacto negativo en el medio ambiente y la sociedad, sino que también en su propia reputación corporativa. En un contexto donde los consumidores demandan cada vez más un comportamiento empresarial sostenible y responsable, el greenwashing es muy riesgoso. Actualmente existen múltiples ejemplos de empresas a las que se les ha descubierto prácticas de greenwashing las cuales se han visto fuertemente afectadas por la desconfianza y desafección de los clientes, teniendo pérdidas económicas importantes.
Para ser una empresa verdaderamente amigable con el medio ambiente se requiere un asumir un compromiso real situando las consideraciones medioambientales en el centro de la operación y la estrategia de la empresa. Esto implica repensar la forma de operar teniendo en consideración los procesos de producción e impacto de los productos una vez que salen al mercado, especialmente cuando concluye su utilidad y se vuelven residuos.
Ahora bien, las empresas son parte de un ecosistema y por lo mismo, es relevante que sean conscientes de su rol e impacto en la sociedad en términos medioambientales y sociales. Sin embargo, de nada sirve promover este tipo de iniciativas si es que no van acompañadas de una buena gobernanza corporativa. Un buen gobierno corporativo garantiza una cultura de integridad, responsabilidad, transparencia y compromiso en la forma de hacer empresa; factores clave para la sostenibilidad medioambiental y social y la creación de valor en el largo plazo.