A pesar que Chile es reconocido por ser uno de los países menos corruptos de América Latina, hace unos cuatro años comenzaron a destaparse algunas malas prácticas que pusieron en aprietos a empresarios y políticos. Comenzaba a despertar la conciencia de las empresas de implementar modelos de prevención de delitos que buscan monitorear procedimientos y dar la alerta en caso que sea necesario. Sin embargo, no sólo se trata de certificarse, el compliance va más allá, busca un cambio de actitud, donde además de medir los resultados, se midan los procesos.