Es lamentable que se esté haciendo habitual que en Chile, cada cierto tiempo, salga a la luz un nuevo “caso” relacionado a delitos de empresas. Ejemplificar es fácil: nos hemos sorprendido e indignado como país con el “Caso Farmacias”, “Caso La Polar”, “Caso Penta-SQM” y “Caso Pollos”. Podría seguir enumerando con el “Caso Detergentes” o “Caso Navieras”. Y como si fuera poco, ahora se ha agregado otro “caso” más a nuestro imaginario colectivo: CMPC-SCA, y lo más probable es que éste no sea el último y sigan descubriéndose más.

Pero, ¿quiénes son los que cometen los delitos? ¿Son las personas que trabajan en las empresas? ¿De quién es la responsabilidad? En este último “caso”, la también llamada “Colusión del Confort” o “Confortgate”, una de las compañías ya cambió de dueños, y serán estos nuevos administradores los que tendrán que asumir una multa, por algo que compraron, aparentemente, sin defectos.

Ante los sucesos, creo que la pregunta que todos debiéramos hacernos es: ¿cómo una empresa puede prevenir que sus ejecutivos cometan delitos en nombre de ella?

Lo primero que hay que esclarecer es que, pese a que las infracciones son cometidas por personas, las que se ven beneficiadas o mermadas por estas prácticas son las firmas. Y en el “Caso CMPC-SCA” hemos sabido que hubo ejecutivos de primera línea que actuaron a plena consciencia en que lo que hacían estaba mal, llegando al inverosímil y ridículo límite de lanzar computadores al Canal San Carlos.

La respuesta entonces a la pregunta planteada más arriba es establecer protocolos y controles claros para evitar que esto ocurra, ya que no hacer nada termina haciendo responsables a los que no estuvieron involucrados.

La primera medida es comenzar con un proceso de contratación y selección de personal exhaustivo, hasta dejar claro a los ejecutivos qué cosas no se pueden hacer y cuáles son las sanciones si es que llegan a ocurrir. No se trata de quitar la libertad al trabajador, pero sí alinearlo con los valores de las empresas.

Los ejecutivos pasan, las empresas quedan… Los empresarios deben estar conscientes de que son el factor más importante para promover las buenas prácticas internamente.

Por Susana Sierra

Fuente: El Libero

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