Con sus riesgos y oportunidades, la revolución digital llegó para quedarse y las empresas —aunque no quieran— deberán saber cómo sumarse y adaptarse a ella.
Por un lado, las nuevas tecnologías están transformando las industrias y agregando valor a las compañías. Por ejemplo, la inteligencia artificial facilita la automatización de procesos y la creación de nuevos productos y servicios; el blockchain aporta seguridad, transparencia y trazabilidad a las operaciones, y el metaverso fusiona espacios físicos y virtuales abriendo oportunidades de negocios.
Pero el dinamismo tecnológico también ha generado un entorno altamente competitivo y exigente, que está obligando a las empresas a transformar digitalmente sus operaciones para ser más eficientes.
Los enormes beneficios que trae consigo la innovación, también plantean grandes desafíos para prevenir sus potenciales y sofisticados riesgos derivados de un mal uso, que van desde hackeos y filtraciones de datos hasta suplantaciones de identidad a través de la deepfake o el reemplazo del pensamiento crítico con herramientas de generación de textos como el ChatGPT.
Ante esto, prevenir es esencial para sacar real provecho de la tecnología y no exponernos a sus posibles peligros y sesgos. Y, como todo, se requerirá de un gobierno corporativo fuerte y eficaz que se haga cargo del cambio cultural que provoque, que vele por la ética y legalidad en su uso, control e implementación, y que permita comprender y comunicar sus alcances, así como difundirlos hacia todos sus stakeholders.
El rol de los líderes de la organización será vital para la comprensión de las nuevas tecnologías y su aplicación en la estrategia de negocios, asegurando la integridad y la transparencia como valores esenciales, especialmente en este período donde están surgiendo distintas regulaciones. De esta manera, su rol no puede limitarse a revisar y asegurar que se implementen las mejores herramientas tecnológicas que optimicen los productos y servicios que ofrecen. Deben involucrarse en el conocimiento profundo de sus implicancias, de si funcionan correctamente, que supervisen su uso responsable, gestionen riesgos ante posibles brechas y tomen decisiones informadas, incorporando al equipo humano y las consecuencias que tiene para este, además de poner foco en las políticas de ciberseguridad y protección de datos de la compañía.
Los líderes de hoy tienen una gran misión ante la irrupción de las nuevas tecnologías, donde el directorio y los ejecutivos son claves para establecer una buena gobernanza, capaz de gestionar adecuadamente los riesgos para no quedar fuera de esta revolución tecnológica.
Por Susana Sierra
Publicada en El Mercurio