Este 23 de agosto, BH Compliance junto a Regcheq realizaron un desayuno – workshop con sus clientes, en el centro de eventos El Golf 50, para abordar las oportunidades, temores y desafíos de la nueva Ley de Delitos Económicos (Ley N°21.595), además de compartir buenas prácticas para su correcta implementación.
Al respecto, BH Compliance presentó la forma en la que abarcará la nueva normativa, de manera de simplificar su implementación, definiendo módulos en los que se agruparon los delitos por área, tomando en cuenta sus aspectos técnicos y haciendo énfasis en los riesgos a los que realmente la empresa se ve expuesta. Tras un exhaustivo análisis, los módulos son:
Módulos Transversales
- Fraude y Corrupción económica
- Delitos Informáticos
- Libre Competencia
- Tributarios
- Laborales y de Seguridad Social (RR.HH.)
- Ambientales (agua, aire, tierra, etc.)
Módulos Transversales con Controles Comunes:
- Electorales
- Propiedad Intelectual e Industrial
Módulos Transversales Condicionados:
- Sociedad Anónima
- Epidemia o Catástrofe
- Procedimiento Concursal
- Laborales: contra la integridad física
Módulos Específicos:
- Bancos
- Seguros
- AFP
- Isapres
- Mercados de Capitales
- Bienes (Primera necesidad)
- Construcción
- Aduana y Comercio Internacional
- Telecomunicaciones
- Juegos de Azar
- Control de Armas
- Almacenaje
- Joyerías
- Casa de Remate
- Farmacéuticas
Módulos Específicos Ambientales
- Forestal
- Pesca y Acuicultura
- Caza
- Minería
- Territorio Antártico
- Sustancias y Residuos peligrosos
- Manejo de animales
- Aguas
Por su parte, Regcheq abordo la importancia de la implementación de nuevas tecnologías para el Compliance, además de las formas de enfrentar una fiscalización, destacando las capacitaciones, políticas y manuales, revisión de cruces obligados por la regulación, entre otros.
Luego se dio paso al trabajo por mesas, desde donde salieron diferentes perspectivas de cómo ven la ley y sus mayores preocupaciones, además de importantes insumos de las oportunidades y desafíos de las empresas ante la nueva normativa.
En ese sentido, entre las preocupaciones e incertidumbres mencionadas, destacan la responsabilidad del directorio como persona natural, considerando la agravante sobre el rol jerárquico; cómo se deberán elegir los proveedores dada la responsabilidad que ahora cabe a las terceras partes; cómo implementar los delitos relacionados al medioambiente; cómo definir qué delitos las involucran para definir una nueva matriz de riesgo; la necesidad de contratar nuevos expertos para abarcar los delitos que deberán incluir; necesidad de incorporar tecnología para automatizar controles que les ayuden a cumplir con la ley de mejor manera, entre otros temas.
Asimismo, se vio una mirada más bien propositiva respecto a la ley, entendiendo que el compliance es más relevante que nunca para cumplir con esta, analizando los riesgos que les son propios y trabajando en sus respectivos controles. Al respecto, se repitió como una de las grandes oportunidades —en la mayoría de las mesas—, la creación de una cultura corporativa de integridad, que apoye la prevención y conductas éticas, y, por lo tanto, lleve a las empresas a enfocarse en el cómo se hacen las cosas más que en el resultado.
Entre los desafíos, para abordar fue la necesidad de aumentar el presupuesto para las áreas de Compliance, así como reconocer la importancia que tienen y tendrán los compliance officer. De hecho, se mencionó que ya no basta solo con contratar gente y capacitarla, sino que se tendrá que realizar filtro más exigente, para contratar a aquellas personas que realmente puedan cumplir con las expectativas del Compliance.
También, se apreció el trabajo que están realizando las empresas a través de asesorías y capacitaciones para entender los alcances de la ley, especialmente, en relación a los directorios, que han tenido temor y ciertas aprehensiones respecto a los que se ha especulado en torno a su responsabilidad. De esta manera, las empresas han dado énfasis en entregar tranquilidad a los directores y altos ejecutivos. Otro punto importante, actualizar sus matrices de riesgo e incorporar los delitos que les correspondan según su giro. En este punto será un punto fundamental revisar sus políticas y controles para enfrentar esta nueva matriz.
Las palabras al cierre las dio la CEO de BH Compliance, Susana Sierra, quien hizo un llamado a la calma, pues las empresas que vienen trabajando en programas de Compliance sólidos, tienen gran parte del camino avanzado. Además, explicó que a pesar de que el catálogo de delitos aumenta en más de 200, esto no significa que todos ellos apliquen a todas las empresa.
En ese contexto señaló que cuando salió la ley 21.121, en 2018, que modifica el código penal y otras normas legales para la prevención, detección y persecución de la corrupción, no se dio el revuelo mediático que se ha dado a esta ley, considerando que trajo cambios profundos a las empresas. “La ley 21.121 tenía mucho más innovación que la de Delitos Económicos. Esa ley cambió la figura del cohecho, que ahora no exige demostrar contraprestación, sino que se remite a solo dar u ofrecer un beneficios a un funcionario público, cambiando radicalmente la cultura. Además, se introduce el soborno entre privados, que antes no existía, y solo era una mala práctica, y se introduce las administración desleal, donde efectivamente ahí los accionistas minoritarios sí pueden demandar a los mayoritarios, donde el director pasa a tener responsabilidad. Pero no pasó nada”, dijo. Por lo mismo, hizo un llamado a que las empresas den esa tranquilidad.