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El 17 de agosto de 2023, se publicó en el Diario Oficial la Ley N°21.595 o Ley de Delitos Económicos, que sistematiza las penas por comisión de delitos económicos y atentados contra el medio ambiente. Un cambio de esta envergadura ha producido una tremenda preocupación sobre las consecuencias que podría conllevar para las empresas y sus colaboradores, cómo entender este extenso catálogo de tipos penales, la incertidumbre sobre cómo se aplicará por parte de las autoridades y, sobre todo, respecto a ¿qué se debe hacer ahora?

Sin duda, esto implica un desafío importante para las compañías, en un contexto en que surgen nuevas dudas todos los días y donde nos encontramos con una sobreabundancia de información y opiniones de diferentes sectores que -no está demás decir- ha promovido una especie de pánico colectivo.

En BH Compliance creemos que este contexto desafiante también presenta una gran oportunidad de mejora para las empresas y por eso hacemos un llamado a la calma. Tras un análisis profundo a la ley, podemos afirmar que las empresas que vienen trabajando en programas de compliance sólidos no deben sentir temor, porque tienen gran parte del camino avanzado.

En este artículo presentamos cinco tips útiles para ayudar a superar la incertidumbre y consejos sobre cómo afrontar esta nueva coyuntura:

 

1. Respira profundo y revisa el cuerpo normativo primero:

Es un error pensar que con la Ley de Delitos Económicos las empresas deban comenzar desde cero implementando un nuevo programa de compliance.

Es cierto que existe un nuevo y extenso catálogo de delitos, pero eso no significa que se hayan multiplicado las áreas o procesos productivos de las empresas. Con esto, recomendamos encarecidamente proceder a la lectura de la nueva ley, pues esto servirá -lo aseguramos- a bajar la ansiedad respecto a lo que realmente genera implicancias para la compañía. Muchos delitos ya eran parte, de una forma u otra, de mercados regulados, lo cual imponía una carga significativa de cumplimiento normativo, que ya se estaba manejando por parte de las empresas, mientras que muchos otros son particulares a ciertas industrias o actividades, por lo que no debiesen provocar modificación alguna a su contexto de desarrollo.

Adicionalmente, las empresas que ya vienen trabajando en programas de Compliance sólidos, en consideración a la Ley N°20.393 y sus modificaciones posteriores, tales como la Ley N°21.121, tienen gran parte del camino avanzado, puesto que muchos de los controles ya implementados sirven para prevenir la ocurrencia de los nuevos tipos penales que pudieran aplicarse.

Con el objeto de promover un ambiente sereno y favorecer la clarificación de ideas, sugerimos realizar una reflexión estratégica, basada en los procesos actuales de la empresa. Con esta aproximación, la extensión del contenido dejará de ser una preocupación central.

Para ayudar con lo anterior, en BH Compliance presentamos una forma práctica de ver los temas que abarca la nueva normativa, definiendo módulos en los que se pueden agrupar los delitos por área o rubro, tomando en cuenta sus aspectos técnicos y haciendo énfasis en los riesgos a los que la empresa se ve expuesta realmente. Con ello, queremos posibilitar una mejor clasificación y, mejor aún, el tachado de muchos de los tipos penales de este extenso catálogo que no le son aplicables.

 

2. Haz una radiografía de la empresa:

Luego de trabajar sobre el catálogo de delitos, se plantea un paso crucial que involucra una revisión interna de la empresa, que considere una evaluación interna de los procesos productivos y del sistema gestión de riesgos.

En primer lugar, será esencial identificar qué riesgos son inherentes a los procesos productivos identificados. Dada la extensión del catálogo, más que centrarse en cada uno de los delitos, es mejor focalizar los esfuerzos en lo que la empresa realmente hace y genera riesgos asociados, con lo cual se podrá determinar si la empresa cuenta con un sistema de control adecuado o no.

Entendemos que este ejercicio servirá para promover la cultura de Compliance, ética e integridad, abriendo el espacio para establecer estándares más elevados para el comportamiento corporativo.

 

3. Complementa tu programa de Compliance aprovechando los controles existentes:

Una vez realizada la “radiografía” de la empresa, es fundamental considerar una revisión de los controles internos ya existentes. Las empresas no deberán comenzar desde cero en la creación de políticas y procesos, ya que, como se comentó, muchos de los controles ya implementados en el marco de los programas de Compliance, sirven para cubrir nuevos tipos penales. Por otra parte, las empresas ya cuentan con muchos controles que se aplicaban en el funcionamiento cotidiano de las áreas de la compañía, los cuales no necesariamente se entendían como exposición a riesgos penales o ligados al programa de Compliance.

Por ello, creemos recomendable integrar y esquematizar los controles preexistentes de las distintas áreas de la empresa al programa de Compliance, tales como Finanzas; Remuneraciones; Ambiental; Prevención de Riesgos Laborales; Informática; Adquisiciones; entre otros. Con el nuevo catálogo, es probable que muchas áreas de la compañía se vean más expuestas, pero lo relevante es que se comprendan como parte del programa de Compliance, en orden a permitir la generación de evidencia de que se cumple con los estándares legales y aquellos autoimpuestos por la compañía.

En este sentido, es natural que los controles preexistentes puedan robustecerse, como también que puedan proponerse nuevos controles en la medida que sea necesario, para poder tener un programa de Compliance que cubra adecuadamente todas las áreas y procesos de la empresa que presenten un riesgo de comisión de delitos.

 

4. El nuevo rol del Gerente de Compliance y mejorar la comunicación con las otras áreas de la empresa:

Para mantener un programa de compliance vivo y eficiente, es fundamental que las áreas de la compañía comprendan por qué deben llevar a cabo sus labores cumpliendo con lo establecido por sus políticas y/o procedimientos. En este sentido, en función de la situación en que se encuentre la compañía, se deberán evaluar y presentar alternativas para reforzar el compromiso de todas las áreas involucradas.

Hoy, más que nunca, es fundamental que se comprenda que es de gran importancia el cómo se alcanzan los resultados esperados por la empresa, puesto que ello es, precisamente, lo que servirá como protección ante eventualidades. Las áreas de la compañía deben conocer sus riesgos y controles, no porque cumplen con lo requerido por el equipo de Compliance, sino porque es parte de su labor.

La Ley de Delitos Económicos abre la puerta a replantear el rol del Gerente de Compliance -hoy puede ser uno o más responsables-, de manera que podría ser beneficioso el diversificar sus labores según las áreas estratégicas o que requieran de conocimientos de especialistas.

Asimismo, es importante que se provea de los recursos necesarios para evitar problemas comunes, como lo son el que la labor del Gerente de Compliance recaiga en un equipo con personal insuficiente para la ardua labor de administrar un programa de Compliance. Eso permitirá mantenerlo y actualizarlo periódicamente, minimizando los riesgos a los que está expuesta la compañía en cada una de sus áreas.

 

5. Capacitar y crear una cultura de Compliance:

Además de mejorar la comunicación con las áreas, será necesario realizar capacitaciones a todos los colaboradores de la empresa, de otra manera será imposible el mantenimiento de una sólida cultura de Compliance. Esta cultura no solo es importante para la prevención de los delitos, sino también para impulsar la gestión transparente de las distintas áreas involucradas en el giro, garantizando que se opere de manera correcta e íntegra.

El foco de las capacitaciones no debe ser el repasar las nuevas implicancias legales -o al menos no sólo esto-, sino que debe centrarse en que las áreas asuman sus labores cotidianas desde una óptica que fortalezca la integridad de la organización y su compromiso con la ética y el Compliance.

El llamado es a enfrentar los desafíos actuales de manera colaborativa, tomando en consideración a todos los colaboradores de la compañía. Solo a través de un esfuerzo conjunto, podemos asegurar que las empresas operen de manera ética y en conformidad con la ley, garantizando su éxito a largo plazo y fortaleciendo así su reputación.

 

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