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N o le hicieron mucho caso a la empresaria Susana Sierra cuando, cinco años atrás, se paseó por varias empresas chilenas para ofrecer su servicio de certificación de integridad corporativa para empresas y organizaciones. ‘Cuando partí fui a Perú, Bolivia y a otros países, porque ellos sí tenían conciencia de la vulnerabilidad ante la corrupción, pero acá los directores de empresas decían que era imposible que algo así ocurriera. Decían: No, si acá toda la gente tiene absoluta confianza’, cuenta.

Seis años después, la seguidilla de casos registrados en Chile no sólo le dieron la razón, sino que además le valieron el ‘APEC Best Award Business Efficiency and Success Target’, un premio entregado por el bloque económico a BH Compliance, la empresa de la que es socia y gerenta. Muy en breve, la propuesta le pone coto a la corrupción en el sector privado. El premio, según el jurado, que no tenía ningún chileno en sus filas, se debío a que la empresa de Sierra es la que tiene la mayor proyección internacional del foro, que cuenta con 21 países, entre ellos EE.UU., China, Rusia, Japón, Canadá y Australia.

Su servicio, que opera vía sitio web, establece protocolos anticorrupción en las diferentes áreas de las empresas, de modo que cuando se detecta alguna conducta extraña saltan alertas que son reportadas.

‘Muchas empresas tienen códigos de ética, políticas de cómo pagar a sus proveedores, políticas comerciales, etcétera, pero todo esto no sirve para evitar que ocurran delitos, sino para tener mayor eficiencia y generalmente son políticas que quedan ahí. En la CMPC, por ejemplo, tenían un código de ética precioso donde decía que no iban a incurrir en ninguna práctica que atentara contra la libre competencia’, afirma Sierra.

-¿En qué casos de corrupción hubieran saltado alarmas con este sistema?
-En los pagos con boletas truchas por servicios no prestados que tenían otro fin. Hubiera saltado en el área de proveedores, porque no estaban siguiendo bien sus procesos. Los fiscales tendrían muy buenas pruebas. Si una empresa tenía invertido en Chang, también, porque revisamos las políticas de inversiones.

-Este sistema arroja alertas. ¿Quién las recoge?
-Les dan visibilidad a las conductas y el directorio puede preguntar: ‘Ojo, por qué está pasando esto. Eso, pensando que cumple con su deber de dirigir, supervisar y asegurarse de que se actúa limpio.

-Cosa que no siempre ocurre…
-No, porque sobre todo en estas empresas abiertas, desde La Polar en adelante, el directorio no actuó con dolo, a veces una persona, pero no completo, no como órgano colegiado. Como sea, en muchos casos la respuesta del directorio ha sido ‘yo no sabía’, pero con el sistema la respuesta no es yo no sabía, sino ‘yo tenía que saber’.

-¿La corrupción se mantendrá?
-Sí, la corrupción es como el agua, siempre busca su camino.

Fuente LUN

 

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