Hoy más que nunca, las empresas deben estar seguras de sus valores y propósito, especialmente en un escenario mundial vertiginoso e incierto, donde los paradigmas políticos, económicos, socioculturales y ambientales han sufrido transformaciones en las que la tecnología juega un rol clave.
El desafío es adaptarse con convicción y, para eso, las empresas necesitan repensar quiénes son, hacia dónde se dirigen, cómo van a llegar hasta allí, y más importante aún, comprender el porqué de sus objetivos. Y esto, lo deben hacer a través de su gobernanza con un directorio sólido, comprometido no solo con el éxito de la estrategia de negocio, sino que también, con su aporte a la sociedad.
Para esto, las compañías deberán estar atentas a las tendencias corporativas que se orientan a un gobierno corporativo efectivo.
1- Independencia:
Ha crecido el interés por promover la independencia de los directorios, ya que ayuda a mitigar los posibles conflictos de interés, al mismo tiempo que mejora la objetividad e imparcialidad en la toma de decisiones. Los directores independientes aportan nuevas miradas y perspectivas que permiten tomar decisiones estratégicas velando por los intereses de la empresa en el corto y largo plazo.
2-Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI):
Hoy también es fundamental realzar el valor de la diversidad de las juntas directivas y los cargos gerenciales. La diversidad se puede entender bajo varios criterios, como el género, nacionalidad, edad, discapacidad, etnias, incluso raza. Pero, en el fondo está la idea de que la diversidad trae distintas perspectivas y experiencias que permiten tomar mejores decisiones e identificar oportunidades y riesgos que de otro modo podrían pasarse por alto.
Existe una correlación positiva entre el aumento de la diversidad de género en los directorios y una mayor rentabilidad financiera, mejor desempeño medioambiental, social y de gobernanza (ESG) y mayor rendimiento de las acciones. Contar con distintas miradas en los directorios, y equipos de trabajo en general, es clave para una mayor innovación, creatividad y flexibilidad.
3- Evaluación de desempeño:
Las evaluaciones de desempeño de los directores representan una gran oportunidad para mejorar la eficacia de estos y fortalecer la gobernanza corporativa, ya que ayudan a medir su gestión, identificando las fortalezas y debilidades, demostrando su compromiso con la mejora continua, alineados al propósito de la empresa. Además, permite promover el liderazgo, así como revisar la estructura, dinámica y procesos de toma de decisiones del directorio. Las evaluaciones de la eficacia de los directorios fomentan su productividad y la orientación hacia el futuro, a la vez que garantizan confianza a los grupos de interés.
Por lo general, es la autoevaluación la forma más común que establecen los directorios para evaluar su desempeño, sin embargo, es importante considerar también la evaluación externa por parte de un tercero especialista en el tema con el fin de aumentar la objetividad del proceso analizando desde una mirada experta, si están cumpliendo con las expectativas encomendadas y si se está siendo verdaderamente eficaz.
4- Compensación e Incentivos a Ejecutivos
Existe una creciente atención en las compensaciones y beneficios para los CEO y ejecutivos, ya que muchas veces se han considerado excesivos e injustos en comparación a los salarios promedio de las empresas, especialmente en un escenario de crisis económica global. Asimismo, preocupa la falta de alineación entre las compensaciones y las metas, las que muchas veces establecen incentivos que se enfocan excesivamente en las metas a corto plazo, descuidando las de largo plazo.
Por esta razón, es una buena iniciativa implementar un sistema de compensación integral justo y con incentivos adecuados, que motive tanto el buen desempeño productivo como ético en el corto y largo plazo, a través de una estructura competitiva, pero que a la vez asegure la equidad e igualdad salarial de toda la organización. El cómo lograr los objetivos importa más que nunca, y por eso, no solo importa alcanzar la metas, sino que cómo se llegó a ella.
5- Gobernanza de los stakeholders:
Los directorios y equipo ejecutivos deben tener en cuenta los intereses de sus stakeholders (clientes, trabajadores, proveedores, comunidades, accionistas, entre otros) a la hora de determinar los valores, la estrategia y la dirección general de la empresa. Esto es una señal de reconocimiento hacia todos los grupos de interés, ya que de una u otra manera, se ven influenciados por el funcionamiento de la empresa y, por lo tanto, una buena relación con ellos es clave para determinar el éxito del negocio. La gobernanza de los stakeholders, en la práctica, implica la supervisión e involucramiento activo del directorio, para que, frente a cualquier decisión estratégica de corto y largo plazo, se considere el impacto que puede tener en estos grupos, procurando siempre tener una relación buena con ella en la que haya mutuo beneficio.
6- Ciberseguridad e Inteligencia Artificial (IA):
La ciberseguridad se ha transformado en una preocupación creciente para las empresas, dada la redefinición del delito debido al avance de la tecnología y su falta de regulación. Por otro lado, los riesgos de herramientas como la Inteligencia Artificial (IA) son diversos, y algunos incluso desconocidos aún, lo que puede provocar importantes pérdidas financieras, daños a la reputación, exposición de información privada y otras consecuencias negativas tanto para la empresa y las personas que la integran, como para sus clientes.
Por eso los directorios deben garantizar que la compañía cuenta con medidas políticas y protocolos internos orientados a prevenir delitos derivados del mal uso de la tecnología. Es fundamental que implementen buenas medidas de ciberseguridad y hagan uso responsable del IA, junto con monitoreo y supervisión constante.
7– Sostenibilidad
La creciente demanda por parte de reguladores, inversionistas y consumidores está impactando la rentabilidad y los resultados financieros de las empresas que no se comprometen con los criterios ESG. En ese contexto, los directorios deben dar prioridad a este tema desde una mirada estratégica para mitigar riesgos y posicionarse con éxito en materia de sostenibilidad en un mundo en rápida evolución. Los directorios deberán dar énfasis a sus acciones sostenibles, con agendas claras y midiendo la efectividad de sus resultados de manera que estas prácticas no sean solo marketing. Y para esto se requiere partir por una gobernanza sólida consciente de su impacto y comprometido con el actuar sostenible.
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Considerar estas siete tendencias apoyará la gestión del directorio y la plana ejecutiva, tanto en la estrategia comercial de la empresa como en la sostenible. Contar con gobiernos corporativos eficaces, capaces de mirar integralmente el impacto del negocio en el entorno y sus stakeholders, será un factor de éxito en los tiempos actuales, donde no solo importa el valor económico de la compañía, sino también su consecuencia entre lo que dice ser y lo que es, es decir, si su actuar se acopla a los valores y propósito prometidos.