-Cómo ha sido en su caso crear una empresa internacional? Primero fue la pasión y las ganas. Yo quería que mi empresa fuera multinacional, porque en el momento en que valoraran mi servicio afuera le iba a dar más fuerza en Chile. Lo otro, jugar como local. Muchos chilenos llegan afuera, especialmente en Latinoamérica, creyéndose superiores, y eso cae muy mal. Hay que conocer la idiosincrasia de cada país, las formas de hacer negocios, las necesidades, para realmente poder exportar.
¿Se considera una emprendedora? Sí. Yo tenía una empresa muy local, en una industria creada por una ley. Cuando dije que iba a salir fuera de Chile a ofrecer el servicio, me creyeron loca (me encanta que me crean loca, ahí sé que voy por buen camino), y logré demostrar que independiente de una ley, mi servicio era útil y valorado. Luego de eso, me di cuenta de que para exportar un servicio lo tenía que hacer escalable, y ahí fue donde se me ocurrió inventar un software.
Es gerenta, y su empresa fue galardonada como la de «mayor atractivo internacional» de las 21 economías que conformaron el Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico, realizado en Lima. ¿De qué manera ha podido construir su liderazgo en este trabajo? En verdad fue muy emocionante el premio porque nadie creyó que la empresa podía ser multinacional. Hubo que convencer a mucha gente, donde siempre decían es imposible, porque esa ley no está en los otros países. Fue un trabajo de hormiga, de conocer muy bien cada mercado, formar redes de contacto en los países, ir empresa por empresa, realizar charlas, seminarios. Creo que he tenido un gran liderazgo en poder introducir el tema.
¿Fue difícil llegar donde está? Mis competidores en un principio no me tomaron en cuenta, eran en su mayoría de más edad y hombres, yo era por lejos la más chica en la industria (hoy tiene 34 años). Y estoy segura de que cuando estudiaban su competencia deben haber dicho «no nos preocupemos de ella, no es amenaza», hasta que de repente tenía 50% del mercado, estaba vendiendo fuera de Chile, y era líder de una industria que antes no existía. Creo que al ser mujer, además, hay muchas personas dispuestas a escuchar, quizás sin muchas expectativas, que luego se sorprenden. Por otro lado, está en la naturaleza de la mujer poder hacer mil cosas a la vez, y eso también ayuda para poder hacer empresa.
¿Cómo cree que la ven sus pares como jefa? Creo que se sorprenden. Siempre que conozco a alguien nuevo, y les cuento todo lo que hago, me dicen: en qué minuto haces tantas cosas. La verdad es que tener varios temas me entretiene y me hace más eficiente. Por lo que creo que me ven bien, pero más que por todas las cosas que hago, por la pasión que les pongo.
¿Hay algo de su personalidad que ha tenido que mejorar? Sí, a pesar de que soy muy simpática, a veces no tengo el mejor genio.
¿Qué importancia le da al trabajo en equipo? Es fundamental, he aprendido que el grupo siempre piensa mejor que uno solo, los problemas se pueden resolver mejor, y también surgen mejores ideas. En la oficina es todo abierto: se conversan los temas, se delega, y se confía en el grupo humano. Hacemos varias actividades extraprogramáticas, y salimos a las dos los viernes, pero cuando hay que cumplir plazos siempre se cumplen.
Su empresa busca incentivar las buenas prácticas empresariales. ¿Cree que es un plus que temas como la corrupción sean visibilizados por mujeres? De todas maneras, la mujer por naturaleza se enfoca en el proceso y no solo en el resultado, por lo tanto es un gran plus. Cada vez hay más conciencia gracias a la visualización de los escándalos, pero todavía queda camino por recorrer.